Dejando un poco los sentimientos de lado, pensá: si existe un objetivo al cual querés llegar sin procastinar, tal vez necesites un objetivo mayor, más importante, mucho más groso, para así procastinar éste dedicándote el primero. Lo importante sería no perder de vista el más groso. Ante esta profunda reflexión, un añoso psicólogo, fan de Freud, me responde: "eso que dijiste parece una tremenda boludez, -se agarra el mentón y se pierde un poco su mirada- pero habría que buscarle la vuelta". Tranqui, doc, era joda. Peeeroo....