Articles on St Therese (in Spanish) En la siguiente sección presentamos dos artículos en Español sobre Sta. Teresita del Niño Jesús y la Sta. Faz 1.-Sta Teresita del Niño Jesús nos enseña la Santidad al alcance de todos 2.-Espíritu y Apostolado: Sta. Teresita y San Francisco Javier (patrones de las misiones) STA. TERESITA DEL NIÑO JESUS NOS ENSEÑA LA SANTIDAD AL ALZANCE DE TODOS Actualmente se habla mucho de espiritualidad y de formas y metodos de oración. Muchos sectores de nuetra sociedad en medio del consumismo y materialismo, buscan llenar el vacío existential con metodos orientales de meditación y ejercicios mentales. Es un impulso del hombre de hoy que busca 'trascender', "busca a Dios", aunque no de la forma correcta ni tampoco sencilla. Sta. Teresita del Niño Jesús vivió la espiritualidad más sencilla, la que nos enseña Nuestro Señor Jesucristo en los Evangelios: "dejen que los niños vengan a Mí y no se los prohiban, porque de ellos es el reino de los cielos".(Mat 19:14). Ella vivió una vida sencilla pero de gran santidad. Esta palabra 'santidad' nos suena hoy en día como algo del pasado o para la monjitas. Decir que, -yo quiero ser santo-, no agrada a los oídos de los demás, puede parecer locura o presunción y sin embargo todos estamos llamados a la 'santidad'. Cada uno se preguntará, pero cómo puedo ser santo en esta sociedad y en el estado de vida que hemos optado, como en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, en la vida diaria y ordinaria?, en que consiste la santidad?. Sta. Teresita vivió su santidad de forma tan sencilla y nos ha dejado sus escritos donde podemos aprender y desear ser santos como un día ella escribió: 'quiero ser santa!'. Sta. Teresita nació en Alençon, Francia el 2 de enero de 1873, bautizada con el nombre de María Francisca Teresa Martin. Sus padres Luis Martin y Celia Guerin, ambos cuando jóvenes desearon ingresar a la vida religiosa, pero Dios les tenía otros planes, formar una familia con buenas bases cristianas; de hecho sus cinco hijas ingresaron a la vida religiosa. El nombre de sus hijas fueron: María, Paulina, Leonia, Celina y Teresita. Leonia ingreso al Convento de la Visitación, las demás al Carmelo Descalzo. Teresita queda huerfana de madre a los tres años de edad, sus hermanas se encargan de su educación y formación cristiana. Este es un ejemplo de cómo la formación de los padres en el hogar, hacia los hijos es tan importante para forjar buenos cristianos. Teresita vivió una infancia con momentos muy felices sobre todo siendo la 'consentida' de su padre, pero tambien tuvo momentos difíciles, como la larga enfermedad que no podían entender los medicos de su epoca. Teresita es curada milagrosamente al ver como una pequeña estatua de la Virgen María se transformaba y se llenaba de una hermosura sorprendente, -ella nos relata que- la Virgen respiraba bondad y ternura inefables, pero lo que le llegó hasta el fondo de su alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen, a partir de entonces quedó curada de su terrible enfermedad. A los catorce años, envuelta en un mar de escrúpulos, y despues de pedirle mucho a Nuestro Señor Jesucristo que la curara, recibe de nuevo la salud el día de Navidad, esta gracia la llamará,'la gracia de Navidad' . Inmediatamente despues de esta gracia y curación, recibe el llamado de Dios hacia el Carmelo. Ella no puede dudar, pero le pide a Dios que le confirme lo que ella desea. Dios le da la señal que le pide y le confirma su vocación que la quiere para El, en la vida religiosa, ofreciendo sus oraciones y sufrimientos para la conversión de los pecadores. Teresita le pidió a Dios por la conversión de un criminal condenado a muerte y que no daba ninguna señal de arrepentimiento. Dios la escucha y le responde. En el último momento hastes de ser ejecutado, el hombre se lanza hacia el crucifico del sacerdote que antes había rechazado, lo besa y le pide perdón a Dios. Con esta prueba ella no dudará más que Dios la llama al Carmelo donde nos dice ella misma - 'he venido al Carmelo para salvar almas y rogar especialmente por los sacerdotes'. Por su corta edad (quince años) le niegan la entrada al Convento, pero ella llena de amor por Dios, visita al obispo, quien le niega el ingreso al Carmelo, pero ella hace un viaje a Roma con su papá para hablar con el Papa Leon XIII, quien le dice: 'se hará lo que Dios quiera'. A su regreso a Lisieux encuentra los permisos requeridos y entra al Carmelo Descalzo el 9 de abril de 1888. Su vida en el Carmelo fue de un grandísimo amor a Dios con una vida de gran sencillez, humildad, servicialidad y amabilidad con sus compañeras, en especial con aquellas que no la trataban bien, ella nos dice en sus escritos:'desde el principio encotre mas espinas que rosas, el sufrimiento me habrió los brazos y yo lo acepte con amor'. Sufrió diferentes pruebas espirituales y comienza el calvario de su enfermedad (tubercolósis) el 3 de abril de 1896, en un viernes santo. Enfermedad que la irá acabando durante año y medio, pero que fortalecerá su voluntad y amor a Dios, aceptando su dolor con paciencia y amor, por la salvación de las almas. El jueves 30 de septiembre de 1897 por la tarde hacia las siete y veinte muere Sta. Teresita despues de una agonía de dos días. Sus últimas palabras despues de aceptar seguir sufriendo por salvar almas fueron: Oh le amo, Dios mio te amo!!!... Despues de estas palabras tocaron las campanas para reunir a la comunidad y fueron testigos del extasis de la santa moribunda. En las Últimas Conversaciones nos relatan: " Su rostro había recobrado el color que tenía cuando gozaba de plena salud, sus ojos estaban fijos en lo alto, refulgentes de paz y de alegría. Hacia ciertos movimientos de cabeza como si Alguien la hubiera herido divinamente con una flecha de amor y luego retirarse la flecha para volver a herirla de nuevo,... Hna. Maria de la Eucaristía acercó una vela para ver de cerca su sublima mirada. A la luz de la vela no había ninguna reacción en sus pupilas, ella seguía viendo hacia lo alto sonriendo..., y despues exhaló el último suspiro conservando su sonrisa." Muchos se preguntaran, que tendrá que eneñarnos una monja que muere a los veinticuatro años. Yo les digo que mucho!!!. Sus enseñanzas revolucionaron a la Iglesia de su tiempo y lo sigue haciendo. Muchos religiosos, sacerdotes, le debemos nuestra vocación; muchos matrimonios, jóvenes y gente soltera ha encontrada en ella un ejemplo de vivir su vida cristiana con humildad, sencillez y sobre todo con un inmenso amor y confianza en Dios. Sta Teresita es patrona de la Misiones, Cómo? Se preguntarán muchos, si nunca salió del convento. Pero ella supo aprovechar el valor de la oración y el sacrificio ofrecidos a Dios por el bien de los demás. Esta es la razón de ser de la vocación a la Vida Contemplativa, vivir en amorosa y constante intimidad con Dios. Quiero usar un ejemplo, una imagen de la Vida Contemplativa. Es como una buena madre que por amor a su hijo enfermo se queda en casa cuidándolo, no teniendo ninguna valor para ella las fiestas y compromisos sociales, porque es más fuerte el amor. En la vida Contemplativa, la persona constantemente acompaña a Jesús, si no enfermo de alguna enfermedad, si sediento de amor, pidiendonos amor por lo mucho que nos ama y a quien solo le damos desprecios e ingratitudes. Esta fue la queja de amor, que Nuestro Señor Jesucristo le hizo a Sta Margarita María de Alacoque cuando le mostró su Sagrado Corazón, y la misma queja de amor que nos sigue haciendo hoy, día a día. Los pilares que sostienen la doctrina de Sta. Teresita es el Amor y Confianza en Dios. La mayor gracia de su vida fue entender la Misericordia de Dios hacia los pequeños y pobres, porque son los que más reciben de Dios. Nos da ejemplo su simplicidad en la vida de oración, con confianza total y absoluta en Dios. Además confiar y creer en Dios era para ella, esperar contra toda deseperanza sabiendo que es Dios quien nos hace perfectos no por nuestras propias obras o meritos, sino en dejarnos guiar por El. Ella encontró y definió su misión en la Iglesia y nos dice: "mi vocación, por fin la he encontrado, .... MI VOCACION ES EL AMOR. Si he encontrado mi lugar en la Iglesia, y eres tu Dios quien me dió este lugar, en el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo sere el AMOR." Igual que Sta. Teresita todos y cada uno de nosotros, tenemos una misión en la Iglesia, en el pueblo de Dios, que El mismo nos ha elegido para llevarla a cabo y nos ha dado las capacidades y aptitudes para ello, Dios no nos envía a la guerra sin fusil. Sta. Teresita comenzó su misión en la tierra ofreciendo su oración y sacrificio por salvar almas. Ella estaba segura que despues de su muerte seguiría trabajando por la salvación de todos nosotros. Ella escribió: 'Ahora que muera, mi misión comenzará hare caer sobre la tierra una lluvia de rosas (de gracias) para todas las almas, para que amen y hagan amar a Dios. (1) Heriberto Monroy OCD ESPIRITU Y APOSTOLADO San Francisco Javier y Santa Teresita del Niño Jesús y de la Sta. Faz Por una coincidencia oportuna en el año de 1952 se celebraron las fiestas conmemorativas de acontecimietnos respectivos a la histoia de estos dos santos admirables. San Francisco Javier moría el 3 de diciembre de 1552 con sus anhelos de penetrar en el vasto imperio de China y llevar la Cruz del Evangelio a aquellas regiones inmensaas. Hace un poco más de cuatroscientos año. San Francisco lleva su corona de santidad esmaltada con su título patronal de las misiones. Pero no está solitario. El día 14 de diciembre de 1927 S.S. Pío XI declaraba patrona universal de las misiones y misioneros del mundo entero a Santa Teresita del Niño Jesús. Con motivo de que se celebraron en 1952 las bodas de plata de su patronato, y en 1997 que celebraremos el Centenario de su muerte y entrada triunfal en el Cielo. Una ligera mirada a su espíritu abrirá panoramas inmensos a nuestros ojos. Sus enseñanzas serán luminosas para las necesidades y preocupaciones de hoy. Unión al parecer, extraña. Junto al "Valiente Capitán de Dios", "el intrepido apóstol de las Indias y del Japón", que recorre regiones y latitudes sin descanso por llevar e mensaje de Cristo, la humilde Carmelita, escondida en un Carmelo Frances, humanamente impotente, muerta a la joven edad de veinticuatro años. Pero las obras de Dios no pueden apreciarse con solos ojos humanos. Dios se vale de instrumentos debiles para hacer grandes cosas. Y el valor de las obras no está solo en la grandeza de su materialidad, sino principalmente en el espíritu que las impulsa e informa. San Javier es el hombre de celo abrasado que cuanto más terreno por roturar encuentra más se abrasa. Las dificultadses y obstáculos aminoran sus frutos, al menos aparentes, pero aumentan sus anhelos y ansias de conquista de almas para Cristo. Goa, Pesqueria, Travancor, las Molucas, Malaca, Meliapur, Yamaguchi, Bungo... son testigos de su impaciencia evangelica y de us prodigiosa actividad. San Javier es el taumaturgo, el evangelizador, el que bautiza y adoctrina, el que establece nuevas cristiandades, el que siente deseos de una locura santa par clamar por tierras europeas la necesidad de operarios misioneros, pues "muchos cristianos se dejan de hacer en estas partes por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen", es el que con sus dones carismáticos acredita y afianza su apostolado, el que con su tacto admirable sabe acomodarse a todos para ganarlos a todos, el que escribe al Rey de Portugal, a Ignacio de Loyola, a Roma impulsado siempre por su ardor apostólico, sacrificado, animoso, emprendedor. Pide oraciones, pide misioneros. Las Indias y el Japón habían presenciado el espectáculo maravilloso de su celo. Pero a su corazón endiosado no le basta; hace tiempo que se siente atraído por el vastísimo imperio de China y se propone emprender su conquista espiritual. La aventura es atrevida y heroica, pero no importa. Tienta todos los medios,sus ansias son vivísimas, el amor de Cristo le urge... Pero otros eran los pensamientos de Dios. La isla de Sancián, ya a las puertas de la imperial China, recoge el último suspiro y la mirada de despedida, entrevelada por la neblina de una ilusión tronchada. Su corazón ya no era de este mundo. Tenía cuarenta y seis años. Su muerte parecía sellada con el estigma de una fracaso, pero la realidad era muy otra. Lo ha observado S.S. Pío XII: Una muerte tal tiene un valor espiritual que no se agota; el valor del don total de la vida por aquellos a quienes se ama -y noexiste mayor amor-, valor de ejemplo para tantas almas de apóstoles que le han seguido y le seguirán en la carrera misionera. Pero aun humanamente sobrecoge la admiración al contemplar las vastas regiones por el evangelizadas. Porque no se trata de una larga vida,con toda clase de elementos y ayudas, con la facilidad de comunicaciones modernas del siglo XX, se trata sencillamente de unos dos lustros y con escasos recursos humanos y con los viajes del siglo XVI. Mas recordemos que sus triunfos no son humanos, son triunfos divinos. Como dirá el: "Dios es el que mueve a que vengan a su conocimiento". No obstante, la historia ahí tiene una vida que se consume por su ideal, una vida con ansias infinitas del triunfo de Cristo en el mundo. Es mediado el siglo XVI. Nos hemos trasladado al siglo XIX. Una monja pasea solitaria por el patio del Carmelo de Lisieux. Va pensativa y es joven. Su obsesión es el amor. Amar, ser amada y hace amar al AMOR. Siente vocación de guerrero, de sacerdote, de apóstol, de doctor, de mártir... Sus anhelos apostólicos son desbordantes: "Quisiera recorrer la tierra, dice, predicando vuestro Nombre y plantando, Amado mío, en tierra infiel vuestra gloriosa Cruz. Mas no me bastaría una sola misión, pues desearía poder anunciar a un tiempo vuestro Evangelio en todas las partes del mundo, hasta en las más lejanas islas. Quisiera ser misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siendolo hasta la consumación de los siglos." (H.A.,XI) Sus aspiraciones son incontenibles, un verdadero martirio. Un día venturoso abre las Epístolas de San Pablo que le dan solución satisfactoria. Comprende que su vocación es el amor. Su corazón había encontrado la paz. Su vocación será el amor, pero amor teñido con dolor, pues el verdadero amor se alimenta de sacrificios. Ya antes de entrar en el Carmelo, un domingo de julio de 1887, al contemplar la sangre preciosa que cae a la tierra, en una estampa de Jesús Crucificado, había sentido algo nuevo. Su espíritu parece oír el grito de Jesús moribundo: Sed tengo!, y su corazón se enciende en un ardor vivísimo para ella hasta entonces desconocido. Se siente devorada por la sed de almas y a todo trance querría arrancar de las llamas eternas a los pecadores. Dios le depara en Pranzini su "primer hijo" y desde entonces cada día aumenta más en ella el deseo de salvar las almas. Ya en mayo había pedido entrar en el Carmelo. Sabe que allí podrá cumplir fielmente su vocación. Ella declarará más tarde antes de profesar: He venido al Carmen "para salvar almas y, sobre todo, para rogar por los sacerdotes" (H.A.,VII). "Si he escogido una vida tan rigurosa, escribirá al P. Belliere, noes para expiar mis pecados, sino los del prójimo". Y al Padre Roulland: "Sere dichosa trabajando con usted por la salvación de las almas. Estos mismos deseos fueron los que me impulsaron a abrazar la rigurosa vida del Carmen Descalzo; no pudiendo ser misionera de vida activa, lo que querido ser por el amor y la penitencia como mi Seráfica Santa Teresa..." En el claustro carmelitano, escondida a las miradas del mundo, sólo atenta a Dios, será la gran misionera. Todos sus deseos se centran en el amor. Amor a Jesús y hacerle amar. Y esto no por unos cuantos años; quisiera misionar hasta la consumación de los siglos. Por eso jamás se arrepentirá de haber trabajado únicamente para salvar almas, aunque a consecuencia de ello tenga que estar en el Purgatorio. Y tendrá aquel atrevido pensamiento escribiendo al P. Roulland:" La única cosa que deseo es hacer amar a Dios; y confieso que si en el cielo no pudiera trabajar por su gloria, preferiría el destierro a la patria." Es idea que le embelesa. Dice a Celina:"En la noche de esta vida sólo debemos hacer una cosa: amar a Jesús con toda el alma y salvar almas que le amen...Oh, hacer amar al Amor!" Si desea ir a Cochinchina es para "Sufrir mucho por Dios", "para estar sola". Reconoce que Dios no necesita de nuestras obras y está segura que ella no prestaría servicio algunno, "pero sufriría y amaría. Es esto lo que tiene Valor" a los ojos de Dios. A las puertas ya de la muerte sólo en este ideal misionero, en esa sed de almas, encuentra la explicación de los terribles sufrimientos que padece; pero, sin embargo, no se arrepiente de haberse entregado al AMOR. En el cielo deseará lo mismo que en la tierra: "Amar a Jesús y hacerle amar". Su vida terrena pasó fugaz, pero su estela permanece brillante. Y no es ya sólo la santa enamorada y recostada en los brazos de Jesús, es la gran misionera, la patrona universal de las misiones católicas. Ella comprendió el verdadero apostolado y lo practicó y sigue practicando. Por eso la Santa Sede, guiada por el Espíritu Santo, la declaró patrona universal de las misiones y misioneros del mundo entero, al igual que San Francisco Javier. Dos vidas con un identico ideal, pero con modalidades, al parecer, inconciliables. No obstante, el observador atento pdrá ver un luminoso punto de contacto. Y es que, aunque por caminos diversos, es siempre el mismo espíritu el que dirige y marca la ruta de cada alma. Es la unidad en una variedad maravillosa. Quitad, si no, el amor ardiente a Jesús, el celo por la salvación de las almas, la abnegación y desprendimiento de lo humano, la confianza en Dios, y no tendremos ni al intrepido apóstol de las Indias y del Japón, ni tampoco a la Santa de Lisieux; no serán patronos de las misiones; es más: ni misioneros verdaderos. No habría subsuelo que hace fructificar, faltaría la savia que ha de dar vigor y lozanía a todas las actividades y apariencias humanas. En eso que tienen de característico y diferencial todavía podríamos contemplar algo propio suyo, en alguna manera incomunicable, y algo extensible a todos o una mayoría considerable. San Francisco Javier siempre será jesuíta y Sta. Teresita del Niño Jesús, siempre será Carmelita Descalza. Es algo que no pudo faltar en su vida. Pero, al lado de esto y compenetrado con ello, hay algo que no se circunscribe a sus respectivas familias religiosas, ni a un común denominador de todos los santos. Sin embargo, no vamos a exponer aquí estos puntos. Nos detendremos tan sólo en deducir algunas consecuencias prácticas. Sin circunscribirnos al terreno estrictamente misional, San Francisco Javier tiene su palabra que decir a los apóstoles del siglo XX. Su vida, aunque lejana, puede vivificar el apostolado de nuestros días y comunicarle brioso empuje. No es cosa nueva, pero es realidad vivida. 1. San Javier es el hombre que no se aterra ante las dificultades y obstáculos que se presentan a su apostolado. Nunca se deja dominar por el desaliente o el pesimismo. Es la primera lección. Ante las escandalosas defecciones, ante el materialismo y la inmoralidad que avanzan, ante el más descarado nudismo, engendro monstruoso del materialismo y del hedonismo más bestial y salvaje, ante el enemigo que destruye a troncha esperanzas y labor de siglos, ante el zarpazo del comunismo ateo que amenaza, es oportuno recordar el esfuerzo y la intrepidez de San Francisco Javier. Morir, sí; retroceder, jamás. 2. San Javier es el hombre que pone en acción los medios que están a su alcance, haciendose a todos para llevarlos todos a Cristo. Es la segunda lección. Si ante el principe Outsi Yositaka de Yamaguchi se presenta con boato y ostentación, no es porque San Javier guste de ello, es que en ello ve un medio de conseguir su intento de introducir el mensaje de Cristo. Hoy hay muchos medios que podrán ser utilizados para el apostolado. Hemos de convencernos que los adelantos de la ciencia no pueden dejarse inactivos poruqe los hijos de las tinieblas los aprovechen para el mal. No es táctica el contentarse con lanzar anatemas cosntra el abuso de los medios de progreso. Lo mejor será prevenir y contrarrestrarle con un justo empleo para el bien. La mera negación no conduce a nada. Si se cierra un horizonte hay que abrir otro. Aun los recursos, más o menos acaparados por la filantropía, prestarán gran servicio al apostolado. Hermosas consignas ha dado para las misiones S.S. Pío XII en la Encíclica "Evangelii Praecones". No perdamos la ocasión y el tiempo. 3. Recordemos finalmente la tercera leccion de San Javier. Es importantísima y aunque vieja, siempre nueva. Todo este elemento externo ha de ir vivificado por algo sobrenatural. Ha de ser impulsado por el amor de Dios, el celo autentico por la salvación de las almas y por los intereses de Jesucristo. Como ha dicho el Santo Padre Pío XII: "El apostolado es en sí mismo fruto de la caridad: del amor a Dios, que se quiere sea glorificado en cada alma; del amor al prójimo que se ansía partícipe del Sumo Bien; expresión de la caridad, el apostolado se realiza y valora en la misma caridad." Ni ha de ser una intrepidez y optimismo naturales, sino basados en una gran confianza en Dios. San Javier puso todos los medios humanos, pero su esperanza estaba en Dios. Esto es muy ignaciano y muy cristiano. Por lo demás, diremos con el mismo Santo Padre: San Francisco Javier "desde el centro de la cristiandad, con el brazo levantado... continúa llamando hacia sí a los corazones generosos. Jamás una prudente organización de su trabajo misionero hubiera tenido el efecto de esta gran llama de amor que le devoró en algunos años y que brilla para siempre en las playas del Extremo Oriente." Su esfuerzo magnánimo y su celo inquebrantable están perennemente reprochando la negligencia de unos y alentando el espíritu abnegado y apostólico de otros. Y par todo cristiano está el ejemplo de un hombre que se consagró plenamente a su ideal misionero sin reservas personales ni egoístas. Tambien Sta Teresita del Niño Jesús tiene lecciones estupendas que ofrecer a nuestra generación. Su ámbito es de una ecumenidad sencilla y grandiosa y su enseñanza hondamente enraizada en las verdades del dogma católico. Como ha dicho Pío XII: Nada "es más apto que el dogma de la comunión de los Santos para inculcar convenientemente al pueblo cristiano la utilidad y la importancia del deber misionero." (Encícl. "Evangelii praecones"). Al penetrar este dogma, encontramos realidades maravillosas. Por haberse centrado tan perfectamente en el la Santa de Lisieux nos ofrece un apostolado tan diáfano y universal. Es la primera enseñanza teresiana: el apostolado es para todo cristiano. Lo ha proclamado, además, expresamente S.S. el Papa Pío XII: 1. "Todo verdadero cristiano debería ser en algún modo apóstol, y, si se ha reservado a un pequeño número partir hacia lejanos países, la Patrona de todas las misiones, Santa Teresita del Niño Jesús, nos enseña a hacer de nuestra vida cristiana de todos los días una ofrenda apostólica altamente meritoria y eficaz." El apostolado en sentido estricto ya nos ha dicho el mismo Santo Padre que no es para todos, en el discurso al I Congreso Mundial del Apostolado de los seglares (14 de octubre de 1951). La Santa dirá gráficamente a Leonia: "Nodescuidemos ningún sacrificio: es todo tan grande en la vida religiosa!... Recoger un alfiler por amor, puede convertir un alma" .Nuestra vida cotidiana, la de todo cristiano, puede ser un costante apostolado. 2. Santa Teresita del Niño Jesús nos impele a un espíritu misionero total, ecumenico, no restringido por el tiempo o el espacio. En su apostolado interior, cifrado ante todo en sufrir y amar bañados en plegaria constante, encuentra el resorte del exito. Es ese "espíritu de oración y sacrificio sin el que la Iglesia no puede florecer y extenderse". (Pío XII,discurso citado del 28 de abril). Ella dirá a Celina_ Que misterio! Si un simple suspiro puede salvar a un alma. Que no podrán los sufrimientos?.. No se los neguemos a Jesús". A la misma recomendará vivamente el apostolado de la oración. Y como corona de todo, el ammor, que es el que impulsa movimiento a todos los miembros, que si faltase ya no anunciarían los apóstoles el Evangelio, ni los mártires derramarán su sangre. Ese amor que encierra todas las vocaciones, que lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares porque es eterno (H.A.,XI) La joven monja no puede predicar el Evangelio, ni derramar su sangre, pero ama por los que combaten. Amor que será: "No escatimar el menor sacrificio, no dejar perder ninguna palabra, ninguna mirada, aprovechar las menores acciones y ejecutarlas todas por amor". Todo cristiano puede realizar esto, y no está restringido al apostolado externo de una comarca o de una localidad. Es obra del espíritu, no circunscrita por la materia. Este apostolado llega al hermano de enfrente, a los que nos rodean, al descarriado, al hereje de allá de la frontera (o de acá), al infiel de allende los mares, a todas partes. Es que toca al mismo corazón del Cuerpo Místico de Cristo, que es el que da vigor a todo apostolado en el tiempo y en el espacio. 3. Una tercera enseñanza de actualidad vivísima y de máxima urgencia queremos recordar. Es el espíritu misionero sacerdotal o a favor del sacerdote. Es una de las facetas del espíritu contemplativo apostólico de la Reformadora del Carmen, y que hasta su viaje a Roma le había sido imposible comprender a la hija del señor Martín Boureau. Con esta ocasión comentará despues alborozada:"Oh Madre mía,que hermosa es nuestra vocación! A nosotras, al Carmen, corresponde conservar la sal de la tierra. Ofrecemos nuestros sacrificios y oraciones por los apóstoles del Señor; nosotras mismas debemos ser sus apóstoles, mientras evangelizan ellos con sus palabras y ejemplos las almas de nuestros hermanos." (H.A., VI) 4. Pero si este es el fin del Carmen Reformado, no es cosa irrealizable fuera de los muros del monasterio. Siempre ha sido necesario este apostolado, pero hoy quizá más que nunca. Ante la escasez del clero, y ante el ataque cerrado y admirablemente organizado dle enemigo de Dios, es necesario inculcar a los fieles este apostolado sacerdotal. Sacerdotes sabios y santos serán la sal de la tierra. Recordar el espíritu y las lecciones de San Javier y de Santa Teresita e imprimirlos enel pueblo, es una manera excelente de renovar la vida del cristianismo autentico. Referente a las misiones, lo ha afirmado categóricamente el Santo Padre Pío XII en su encíclica "Evangelii praecones": "Afirmanos solemnemente a todos los ministros de la Iglesia, para todos ustedes, que el espíritu misionero produce frutos preciosos de renovación de la fe en las almas de los fieles, y que cunto más crece el amor hacia las misiones, tanto más aumenta el fervor de la vida cristiana." Revista de Espiritualidad,OCD No.45 Año xi, 1952. Madrid 1. 1..* Para aquellos que se interesen en conocer mas a detalle su vida pueden adquirir 'Historia de un Alma' de Sta. Teresita o 'Manuscritos Autobiograficos'. .